Bernard Shaw, escritor irlandés, ganador del Premio Nobel de literatura en 1925 y del Óscar en 1938, estaba enemistado con el primer ministro Inglés Winston Churchill. Prueba de ello fue el día que, antes del estreno de una de sus obras, Shaw le envió unas entradas a modo de invitación a Churchill.
Junto con las entradas Churchill pudo encontrar una tarjeta que decía:
“Puede venir acompañado de un amigo… si es que lo encuentra”.
A lo que Churchill, le responde agradeciéndole ser su invitado con una lacónica y similar respuesta, no exenta de punzante ironía:
“Me Resulta Imposible Asistir Hoy, Intentare Acudir Mañana… si es que aún hay función”.
Si como vemos se hacía tan difícil lograr un buen amigo en épocas pasadas, me pregunto ¿En la era de Facebook, en la que apenas se destina tiempo para cultivar las relaciones directas, se puede pensar que se ha terminado la amistad como la conocíamos y empiezan otras formas de contactos e intercambios a las que tendremos que ponerle otro nombre?
¿En la actualidad una gran mayoría prefiere y se conforma con un tipo de relación que no los ate a muchos compromisos y por el temor a ser defraudados?
Finalmente ¿hay que olvidarse de la sincera amistad y pensar que los lazos fuertes son los que nos vienen dados de los vínculos familiares, que permanecen con el paso del tiempo, aunque en ellos no encontremos esos gratos sentimientos de los que nos hablaba Epicuro?
Decía Epicuro:
“Cada mañana la Amistad recorre la Tierra para despertar
a los hombres, de modo que puedan hacerse felices”.