Nikola Tesla Thomas Edison
En 1888 el uso general de la electricidad comenzaba a desatar una auténtica revolución tecnológica. No obstante, en Estados Unidos germinó un conflicto que ha pasado a la Historia como “la guerra de las corrientes” y que enfrentó a Thomas Alva Edison, inventor de la corriente continua, con Nikola Tesla, artífice de la corriente alterna. Todo empeoró entre ambos personajes cuando Tesla –que fue antiguo empleado de Edison– logró demostrar que su sistema para la distribución de electricidad a gran escala era mucho más eficiente que el que proponía su rival.
El propio Edison contraatacó, intentando que su enemigo fuese el beneficiario de la concesión que las autoridades norteamericanas estaban a punto de otorgar para proporcionar energía a la recién instaurada silla eléctrica.
El propósito del célebre científico no era otro que desacreditar a Tesla, pues pensaba que la opinión pública rechazaría de plano utilizar en sus hogares aquella mortífera electricidad que era suministrada para matar convictos. Como es obvio, la treta no funcionó, lo que supuso un terrible cortocircuito para el polémico Edison.
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