lunes, 6 de febrero de 2017

Midiendo El Mundo - Película Historia De Gauss Y Humboldt


La Historia Del Matemático  Carl F. Gauss Y Del Naturista Alexander Von Humboldt.
 
Alemania, comienzos del siglo XIX. Una época en que esta nación ejerció una gran influencia en diferentes ramas artísticas, sociales y culturales. El argumento se centra en los brillantes y excéntricos científicos Alexander Von Humboldt (Albrecht Schuch) y Carl Friedrich Gauss (Florian David Fitz). Ambos forman una pareja un tanto peculiar a la par que deslumbrante.

La pareja de científicos se caracteriza por poseer una serie de cualidades que combinan a la perfección de cara a conseguir lo que se proponen, siempre mirando por el bienestar de la sociedad y por el suyo propio. La intención del filme es mostrar los acontecimientos más representativos y destacados de la obra profesional y de la vida personal de los dos protagonistas, haciendo hincapié en los detalles más curiosos del trabajo de los científicos germanos.


    Idioma: Español
Duración: 2 Horas
 





 
Gauss, especializado en la teoría de los números, pero también astrónomo y hábil geómetra, está considerado uno de los matemáticos más importantes de la historia contemporánea. El otro personaje del filme es un poco más conocido. Se trata de Alexander von Humboldt, astrónomo, geógrafo, explorador, botánico, vulcanólogo ornitólogo y naturalista. Es el padre de la astronomía moderna y hay rasgos en su obra y personalidad que lo asemejan al aventurero Werner Herzog, razón de peso por la cual Edgar Reitz decidió confiarle el papel de Von Hulboldt al director de Fitzcarraldo en Heimat-La otra tierra; es un visto y no visto, pero Herzog se pone muy en el papel de este científico viajero que, como cuenta Midiendo el mundo, realizó una larga expedición por el Amazonas y el Orinoco en su intento de medir la distancia de la Tierra.

Precisamente el título de la película es lo que une a tan distintos personajes, el más extravertido Von Humbold, que hizo de su vida un viaje permanente, y el más introvertido y sedentario Gauss, quien sacrificó buena parte de su vida personal en pos de las mediciones aritméticas del mundo conocido. Poco amor y mucha algebra.

Las dos peripecias, trufadas de pequeños detalles que sirven para trazar sutiles nexos de unión entre ambas –una mariposa azul, una recepción en la tarada corte alemana de la época, un plano del camino que recorre Gauss en su carruaje invirtiéndose en la imagen del cauce amazónico por el que navega Von Humbold–, nos ofrecen visiones variopintas y contrastadas de la ciencia y en ansia de conocimiento, de la aventura y la razón en tiempos bárbaros, del choque entre culturas y civilizaciones en todo lo que atañe al viaje de Von Humbold hasta las faldas alucinatorias del monte Chimborazo.
No es la aventura en manos del citado Herzog. Todo resulta más simple y modesto, algo acartonado en algunos momentos. No es cine alemán de ruptura. Pero Midiendo el mundo tiene la extraña atmósfera y encanto que proporcionan sus dos singulares personajes principales.

A favor: la forma en que conviven las dos historias hasta hacerse una.

En contra: demasiado académico para tratar de personajes tan desbocados.

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